lunes, 18 de junio de 2007

ANTOLOGIA DE CUENTOS BREVES - JOSE LUIS ROMERO CORDERO




LA TRAVESIA DE UN ESPERMATOZOIDE.


Se trataba de un lánguido espermatozoide gris que emergió de un modesto miembro viril, cuya humilde longitud intranquilizaba al autor. Esta célula-procedente de un loco intelectual que hace algunas horas había intentado suicidarse; de un hippie empedernido sin reputación- se aventuro a una larga carrera épica, pese a que era el ultimo en partir. Echó a correr dando rienda suelta a su metafísico instinto. Le constaba que ocupaba el último lugar en la carrera; pero no se detenía por nada, por más que así lo deseaba. Dentro del él había algo extraño que le obligaba a mirar por doquier, era una curiosidad muy peculiar, unas ganas casi obligatorias de escudriñar el lugar y a él mismo; no obstante, continuó avanzando, rotando la mirada hacia los lugares enigmáticos, sin darle importancia a la victoria (supongo que no lo sabia)

Después de una larga travesía, hizo un gran esfuerzo y se detuvo para advertir una inmensa montaña donde infinitos seres- a su parecer, de su misma calaña -batallaban a muerte. Muchos de ellos yacían a fusionarse con el suelo, otros se echaban a volar al azar. Mi querido espermatozoide se hallo muy perplejo e impresionado. Mientras aguardaba su peso sujetando un trozo de una sustancia rígida, susurró y echó un vistazo al lugar y, volvió la mira hacia atrás; pre-añoró el lugar y se dejo llevar…

Quien lo iba ha imaginar: nuestro curioso átomo ahora se hallaba escudriñando un espacio que parecía más fácil de entender por el tamaño. Estaba diseñado circularmente, y el olor había invertido, claro, para mejor. Era un lugar al parecer muy agradable. Es normal que después de tal jornada uno sienta cansancio y mi apreciado espermatoidecito (lo dije en diminutivo, no tuve otro modo de loar su victoria, me excuso) durmió y durmió.

Después de nueve meses, espermatozoide ya había planteado muchas hipótesis de su esencia y de su pequeño mundo. Pero una tarde descubrió un cráter en la parte posterior de su cabeza, paso algunas horas tratando de entender que era ese flexible y apretado agujero por donde entraban ruidos extraños. En breve: pensó que seria mejor ir a auscultar el lugar, y se aventuro como lo hice hace algunos meces.

Y así nació don Simón, llegó de cabeza al mundo para escudriñarlo, como lo hizo con su anterior mundo que él no recuerda. Ahora es un extravagante bohemio, vende latas de cerveza, lleva de esposa un llano breviario azul. Simón dejo de escudriñar su mundo actual y se dedico a cosas mas importantes como vivir.

Me pregunto yo- de un modo muy particular- ¿Cuál será la siguiente travesía de Simón?



MORALEJA DE UN INCOMPLETO MUDO

Era un incompleto mudo, por que sabía decir algunas palabras como: “silencio, soledad, amor, añoranza, olvido” y algunas oraciones como: “Los animales danzan en el prado sin escudriñar la esencia del prado. Dios es mi pastor y me pastorea en una árida colina redonda.” Como ven, era un incompleto mudo, al parecer algo incoherente. Lo cierto es que aun no logro comprender como es que aprendió articular estas palabras. Un día lo sorprendí escribiendo en el cieno de un riachuelo. Escribía prolongadamente; pero nunca supe que era lo que escribía; pero cuando concluía de hacerlo se apartaba del lugar para esperar que el riachuelo disuelva los minúsculos surcos delineados en el cieno. Después de toda esta escena, se enjuagaba las manos y cogía las rosas mas desarrolladas y se las llevaba a una hermosa anciana prófuga del asilo.



CLASE DE ASTRONOMIA


Una milenaria campana de colegio, notificó la hora mas esperada por los estudiantes.
Los alumnos del cuarto grado de media, abandonaron el aula de un modo efímero, antes de que Marcos concluyera su humilde exposición de astrofísica. Entiendo por que lo hicieron,- la monótona e incoherente oratoria de Marcos- normalmente suelen esperar las bendiciones del viejo profesor, antaño fraile dominical del pueblo. No obstante, Lucas, un introvertido alumno de relucientes brackets y gafas casi rectángulas, aun estaba situado en su butaca sin mover ni un solo cuaderno. Esto no sorprendía al profesor ni a Marcos que aún estaba en el aula, puesto que Lucas tenía una ejemplar reputación que merecía ciertos reconocimientos como: guardarle respeto y no alardear soberbia a su lado.

__¿la sabiduría de la ciencia astral absoluta es un hecho?__preguntó Lucas, al azar.



__Se sabe hasta donde se logro saber, lo resto es un enigma; pero para Dios nada es imposible, él es dueño de todo y conoce casa espacio de su creación.__replicó el profesor, obviando con su voz ronca, la inminente respuesta de Marcos.



__Y ante semejante longitud de universo, no creé que el humano queda demasiado reducido.¿Cuanto mide el universo y cuanto mide un hombre?



__Llegaste a manifestar una filosofía muy adolescente. Es normal que a determinada edad, uno se pregunte esto; pero para eso existen personas experimentadas: no te sientas mal por eso, cada ser humano mide el tamaño de su propia filosofía, el tamaño de lo que puede lograr. Por lo tanto, tú tienes el tamaño de lo que acabas de imaginar. Recuerda que no eres una hormiga en ese inmenso y redondo hormiguero; sino el autor de ese hormiguero. Adiós, no olvides el proyecto de mañana.


GRACIAS A UN CIGARRILLO



El cuerpo insólito de la bruma me echó con su céfiro apesadumbrado, aquel muelle de antaño me recordaba la ultima vez que besé unos labios sublimes sin pintura, un célebre beso, de esos que salen desde las meras entrañas del alma. En el woodman, Bob Dylan canturreaba casi llorando. Entre esa lluvia de añoranzas, sin dilema por optar, abandoné a pausas aquel pétreo muelle, como quien deja un cementerio donde yace una madre.

Esa mañana, paseando por entre los lindares del mar, dirigiéndome al paradero de un tranvía cuyo destino tenía que ser el sur, encendí un cigarrillo mientras equilibraba mi bufanda trémulamente. El frío viento me articulaba con una voz estricta “apresúrate, o te congelaré”, de hecho, le hice caso.

Eran las seis de la mañana, la escasas gentes a esa hora pasaban por desapercibidos ante mí. Deletreando algunas canciones en un incoherente inglés caminaba a pasos cada vez más largos.

Unos dedos femeninos me rozaron el hombro, lo predije por su perfume. Cuando volteé hallé una fisonomía cándida: cabello natural, piel sin maquillaje; su caluroso aliento me hizo olvidar por lo que estaba pasando.

__ Corrí mucho para alcanzarte. A estas horas no se consigue fuego fácilmente-, me prenunció mientras intentaba aspirar gravemente.

__ Lo entiendo.

Coincidimos; solo eso. Me contó que hacía ahí a estas horas…Me sorprendió que estaba ahí para recordar los viejos tiempos.

No hay comentarios: